Las visitas a Cabañeros retroceden a niveles de 2007, aunque suman el mejor verano de la historia
El parque nacional cerró el año de la pandemia con 70.582 visitantes, 30.000 menos que el anterior, con dos buenos hitos: el mejor verano y el mejor octubre. Un balance que “no es malo para como ha sido 2020”, asegura el director Ángel Gómez
Las visitas al parque nacional de Cabañeros han caído en el último año hasta niveles de 2007, con 70.582 visitantes, 30.000 menos que el año anterior. Es la primera vez en seis años que se baja de los 100.000 visitantes, pero no es la peor marca de los veinticinco años de trayectoria del parque nacional, que precisamente se cumplieron el noviembre pasado sin ninguna celebración.
“El balance no es malo para como ha sido 2020”, asegura el director Ángel Gómez. La estadística, que se ha facilitado esta semana al Ministerio para la Transición Ecológica, recoge dos buenos hitos, “hemos tenido el mejor verano de la serie histórica, con 43.000 visitantes entre junio y octubre”, afirma Gómez, “y el mejor mes de octubre (berrea) de la historia con 19.500 visitantes”.
Primavera de confinamiento forzoso
Datos que contrastan con las 22 visitas de abril (uno de los tres meses de confinamiento estricto y cierre de los centros de visitantes), que no haya habido excursiones escolares y que la ciudadanía tuviera que pasar la primavera y la Semana Santa encerrada en casa.
El verano del turismo rural
Las ganas de salir a espacios seguros, con poca contaminación, fuera de las masificaciones de las playas, avivó el turismo en verano (una mala estación por lo general) y en toda la comarca, con los alojamientos rurales completos en los meses de más calor, pero la tercera ola de contagios de finales de año dio al traste con el entusiasmo, y el parque ha tenido que afrontar el inicio de 2021 con un mes completo de cierre.
“La gestión con los confinamientos y las aperturas en los centros de visitantes ha sido complicada”, reconoce Gómez, que también da por perdida la recuperación turística que se esperaba en primavera, con la Semana Santa y muchas fiestas suspendidas, además del cierre perimetral entre comunidades autónomas.